jueves, 7 de mayo de 2009

COACHING ONTOLÓGICO. UNA MANERA DISTINTA DE CONVERSACIÓN



Toda organización opera en una red de conversaciones, emociones y acciones que condicionan los procesos de desarrollo y la calidad laboral.

Partiendo de la idea de que dentro de los objetivos fundamentales de toda organización están la productividad, la calidad y la efectividad, podemos comprender la importancia del trabajo en equipo. Estas metas claves solo pueden ser alcanzadas a través de la unión coordinada de capacidades, conocimientos y esfuerzos de todo su personal; es decir, a través de una comunicación efectiva que permita a los miembros del equipo mantener sus características individuales, y a la vez integrar satisfactoriamente sus fortalezas, compensar debilidades y compartir un ambiente de compromiso, confianza y bienestar para todos.

Investigadores y estudiosos usaron hallazgos de la filosofía del lenguaje, la neurociencia, la psicología cognitiva, la administración, y otras teorías de actualidad como fuentes de conocimiento para dar sustento a los principios de una disciplina que tiene como objetivo desarrollar en individuos o equipos la capacidad de establecer relaciones efectivas con el entorno, a partir de buenas prácticas de comunicación. Este método se denomina coaching ontológico.

El Coaching Ontológico es una disciplina que facilita a las personas, equipos y organizaciones afrontar los nuevos desafíos que nos presenta el mundo actual. Es una nueva manera de mirar, que posibilita accionar más efectivamente, generando entornos de confianza y entusiasmo, para el logro de los objetivos que los guía hacia el desarrollo personal y profesional, con el cual están comprometidos.

El Coaching Ontológico es una disciplina profesional emergente de asistencia a las personas (individuales o grupales) para que ellas puedan conseguir resultados, los cuales sin la intervención de un coach, no podrían lograr por si solas.

Los seres humanos obtenemos resultados (dominio del tener) dependiendo de las acciones que tomamos (dominio del hacer), y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el mundo (dominio del ser). El Coaching trabaja fundamentalmente en el dominio del ser, produciendo cambios en el tipo de observador que es la persona.

Una vez estos cambios fueron hechos en la persona (por ella misma), su perspectiva se amplia, se convierte en un observador diferente y tiene acceso a tomar acciones diferentes, logrando resultados nunca antes alcanzados por ella. Se produce un cambio ontológico en la persona y sus paradigmas, sus patrones de interpretación y análisis de las cosas.

La función del coach es la de asistir a la persona en lograr los resultados declarados por ella y el resultado del coach se ve en los resultados de esta persona atendida. Para eso el coach utiliza el lenguaje (verbal y corporal) como base para su trabajo. El hablar y escuchar del coach son un factor determinante en la relación entre ambos y en la efectividad para los logros de la persona.

El coach debe tener la capacidad de diseñar conversaciones que abran a la persona nuevos accesos para tomar acciones comprometidas que ayuden al logro de los resultados. La relación y la confianza son lo más importante en cualquier interacción de Coaching.

El Coaching no enseña, dirige ni aconseja. Esta es la principal diferencia con otras disciplinas, donde se prioriza la transmisión de conocimiento. Simplemente cnduce conversaciones para describir situaciones y sobre todo, generar cambios. Si Usted no esta conforme con ciertos resultados podría cambiar las acciones y obtener un resultado distinto, pero si aún sus resultados no le satisfacen, entonces es usted quien debe cambiar. ¿Está usted dispuesto?

Figura: Observador - Acción - Resultado


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